jueves, 16 de mayo de 2013

Reseña critica sobre “la concepción aristotélica de la divinidad: del Perì philosophìas a Metafísica XII; teología cósmica y motores inmóviles” de María Isabel Méndez Lloret.




INTRODUCCIÓN

El propósito de la presente reseña critica es sintetizar de manera general y en la medida de lo posible las principales tesis expuestas por la filosofa española María Isabel Méndez Lloret en su escrito “la concepción aristotélica de la divinidad: del Perì philosophìas a Metafísica XII; teología cósmica y motores inmóviles”, para lograr dicho objetivo en el presente trabajo se tratará de emular la forma en la cual la autora presenta los temas en su escrito, además se mantendrá una conexión entre los diversos asuntos abordados en la publicación de Méndez Lloret, esto con el fin de mantener la cohesión interna  por Méndez Lloret en su texto.

“LA CONCEPCIÓN ARISTOTÉLICA DE LA DIVINIDAD: DEL PERÌ PHILOSOPHÌAS A METAFÍSICA XII; TEOLOGÍA CÓSMICA Y MOTORES INMÓVILES”.
Al principio del su escrito María Isabel Méndez Lloret hace evidente la influencia de Platón y su academia en el pensamiento teológico de Aristóteles, esto debido a la activa participación que mantuvo Aristóteles en el proyecto platónico y de la academia; esto es, la creación de una religión alternativa de carácter astral que fuera exclusiva para el sabio.
 Esta nueva religión nacida en la academia de Platón, se desarrollaría en contra de la concepción azarosa de los filósofos naturistas, y tendrá como demostración primera de sus deidades el orden que indiscutiblemente siguen los movimientos de los seres supra-lunares, un orden tan perfecto que solo podría ser establecido por divinidades: es tan grande la fuerza ejercida por el pensamiento platónico en Aristóteles que lo asumirá como propio durante gran parte de su juventud.
Pero, aun cuando Aristóteles ya había aceptado y luego  criticado la doctrina de las ideas de Platón, es tiempo posterior a su muerte que Aristóteles logra en gran medida separarse (si bien no definitivamente, si de forma importante) del pensamiento platónico tal y como lo dice explícitamente Méndez Lloret “El  Perì philosophìas es ciertamente una obra muy importante: en ella Aristóteles aparecía por primera vez configurando una dirección de pensamiento propia dentro del platonismo”[1].
Es precisamente en este libro donde se encuentra la separación definitiva (pero no total) de la teología aristotélica con la platónica al abandonar Aristóteles la existencia separada de las ideas platónicas, aun cuando Aristóteles abandonará el modelo teológico platónico este seguiría teniendo repercusiones en la propia teología aristotélica, teología a la que Aristóteles lograría llegar por medio de un estudio sobre la sophia y la philo-sophia.
Es así, tomando como base la definición de filosofía  “adquisición y uso de la sabiduría” a la cual este llega en el Protrèptico, como este se da a la tarea en el Perì philosophìas de definir que es la sabiduría, incógnita a cual da solución al definir sabiduría por su objeto material “la sabiduría es siempre ciencia de lo primero y lo mas alto”. Aun cuando lo primero y lo mas alto cambia según la etapa del desarrollo de las civilizaciones y son cinco estas etapas, en la ultima etapa se alcanza el verdadero objetivo de la sabiduría es “los seres divinos, híper-cósmicos y completamente inmutables”.
Si bien para Aristóteles, Platón había logrado que esta quinta etapa se diera en Grecia al rechazar el objetivo que los pre-socráticos le daban a la sabiduría y establecer uno nuevo, el estudio del ser inmutable e inteligible; el ser que Platón asignó como objetivo de la sabiduría no era el ser primero.
 Es debido a lo anterior que, ya habiendo identificado el objetivo de la sabiduría Aristóteles inicia sus investigaciones para llegar al ser primero, a el cual califica entre otras características de inteligible y supra-cósmicos.
Luego de esto, Méndez Lloret por medio de un compendio de opiniones acerca de algunos fragmentos de los libros de Aristóteles caracteriza a las divinidades inmóviles y enfatiza el carácter plural de las mismas, esto por medio de un análisis  al Fr. 16 Ross procedente del comentario al “De caelo” de Simplicio, sin embargo en este pasaje no se encuentra evidencia para concluir que dichas divinidades cumplan una función como motores teleológicos, por lo que la autora se debe apoyar en una serie de fragmentos para llegar a esta conclusión.
Pero es entonces cuando Méndez Lloret llega a una de las principales tesis de su escrito, esto es la existencia de dos niveles de lo divino en Aristóteles, un nivel superior, el de las divinidades inmateriales del plano supra-cósmico; y uno inferior, el de las divinidades materiales del plano cósmico y supra-lunar, ambas divinidades tanto las inmateriales como las materiales comparten el hecho de ser plurales.
Primero la autora muestra la relación entre estos dos niveles de lo divino, al sugerir el movimiento del primer cielo como resultado de la acción teleológica que el motor inmóvil  ejerce sobre los entes divinos-cósmicos, vinculando así estos dos planos de lo divino en Aristóteles.
Ya habiendo resuelto el problema de la relación de las dos esferas de lo divino, Méndez Lloret analiza la pluralidad de las divinidades inmateriales e inmóviles del plano supra-lunar que sirven de motor inmóvil a las divinidades cósmicas; dicho problema radica en el orden que deben tener las divinidades (el que tengan un orden es obligatorio por estar nuestro mundo ordenado, y haber una relación necesaria entre nuestro mundo y los motores inmóviles).
Méndez concluye afirmando la existencia de una pluralidad de motores inmóviles ordenados  a si mismos por tener un mismo principio.
Estos motores inmóviles que serian acto puro, pensamiento que se piensa a si mismo; pero acerca de las cualidades de los motores inmóviles que son igual de perfectos todos por tener una sola esencia en común no se profundizara en esta reseña critica, sino sobre el orden a través del cual se ordenan los motores inmóviles y como este los afecta; este tema será analizado junto con la relación entre los dos tipos de divinidades y como las divinidades cósmicas nos permiten tener un conocimiento por medio de la astronomía y la matemática de las divinidades supra-cósmicas.
Primero hay que tener en cuenta que según nos dice Méndez Lloret, para Aristóteles cada movimiento circular independiente de los seres cósmicos y supra-lunares revela la existencia de un motor inmóvil, ya que estos serian los responsables de dicho movimiento, es así, como contando cuantos tipos de movimiento sufren las divinidades cósmicas se puede conocer el numero de motores inmóviles los cuales serian 47 o 55.
Ahora tal y como hemos demostrado antes si hay mas de un motor inmóvil estos deben tener un orden, una jerarquía; dicha jerarquía se la dan ellos mismos como ya también hemos demostrado anteriormente, pero no afecta el estatus de los motores inmóviles; ya que aun cuando uno sea el primero a causa de producir el primer movimiento; este es el movimiento local circular.
Pero aun cuando este  motor inmóvil sea primero en el orden que tienen las divinidades supra-cósmicas, para Méndez Lloret, el ser primero seria algo accidental, así como es accidental el que un numero este antes de otro, tal y como dice el mismo Aristóteles, aun cuando halla una jerarquía entre los motores inmóviles dicha jerarquía no obedece a que un motor sea mas perfecto que los demás sino a la accidentalidad, después de todo al todos los motores tener la misma naturaleza y estar constituidos de la misma ousía no podría haber una diferencia esencial entre ellos.
Este es tal vez uno de los puntos mas criticables del ensayo de Méndez Lloret ya que cabria preguntarse si algo tan importante como para dar  un orden a los motores inmóviles y asignar una inmovilidad total a un motor (y con esto el estatus de causa primera y última de todo  movimiento) con relación a los demás que seria inmóviles pero movidos accidentalmente por el primer motor.
En suma y para concluir, aun cuando Méndez Lloret hace un magnifico trabajo al unir los diversos aspectos del pensamiento teológico de Aristóteles el cual hay que decir es un pensamiento bastante complejo, se queda corta en algunos puntos, pero hay que también admitir que es un muy buen trabajo el que hace si estamos consientes de la dificultad adicional que la falta de muchos fragmentos de las obras de Aristóteles da a una empresa tan ambiciosa como la que intenta lograr la autora en su escrito.


[1] Ibídem pp. 25.

No hay comentarios:

Publicar un comentario